Apolo, el Dios griego por excelencia.

El Dios Apolo no era un Dios autóctono, provenía de Asia Menor, pero fue acogido rápidamente en la familia Olímpica. Todo el mundo (ciudades, familias, etc) se jactaba de tener alguna vinculación con él, provocando un aumento de los templos dedicados a su figura. Llegó a convertirse en un Dios muy importante que ocupaba un lugar importante entre los mejores ya que abarcaba innumerables ámbitos en la vida de los griegos.

Se convirtió en símbolo del Oráculo de Delos. En su leyenda, Apolo nace de la unión de Zeus con Leto, pero sin haber dado a luz, Hera, celosa, se ensañó con ella y la persigue por todos los lugares de la tierra. Leto no encontró cobijo debido al miedo que la gente tenía hacia Hera. Finalmente, Leto encuentra un refugio en Ortigia, la mítica isla flotante, siendo ayudada por Ilitia en el parto. Apolo, haciendo alarde de su agradecimiento, recompensa a la Isla con asentarla sobre las aguas. En su viaje a Grecia, visita el lugar donde moraban las musas, el Parnaso, pero ha de enfrentarse a un dragón para apoderarse del lugar. Es allí donde se sitúa el oráculo de Delos y donde la pitonisa se asienta en el trípode u “ombligo del mundo”.

Es el Dios de la expiación o de la purificación. Los criminales podían hacer expiación en el templo de Apolo. De allí eran enviados al tribunal dónde serán castigados.

También posee facetas educadoras: «Es el más noble educador”. Es el único que ha pasado de las fuerzas desatadas al Logos. Basado en la “armonía” (juntar) se crearan constituciones, cómo la de Licurgo.

Gracias a su conocimiento de las musas, no podría faltar el atributo de poeta. Conduce a las musas que inspiran a los poetas y los profetas.

Así mismo, es representado cómo el Dios Solar o Febo, que cuando llega el ocaso, se va más allá de las montañas (Hiperborios).

No podría faltar una de sus características más notables: la juventud y la belleza. Es un Dios que se representa sin barba, joven y perfecto.

Su «poder» es tan amplio que dirime entre la muerte y la vida. Es un Dios poderoso cuando debe matar a alguien con su arco de plata. Su hijo, Asklepio, es Dios sanador y médico.

Si quieres que la fortuna te sonría, jura por Apolo ya que es representado cómo el Dios del juramento.

Curiosamente, también tiene relación con el mar, ya que se le relaciona con los delfines, animales de buen presagio.

Apolo Belvedere 350-325 a.c.
Apolo Belvedere 350-325 a.c.

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